Existen varios estudios que sugieren que la velocidad a la que nos alimentamos puede afectar la cantidad de calorías que el cuerpo consume. Pero una nueva investigación sugiere que la velocidad puede tener un mayor impacto en la supresión del hambre, en lugar de la ingesta de calorías.
El presente estudio fue realizado por investigadores de la Universidad Cristiana de Texas, que analizaron la relación entre la ingesta de calorías y la velocidad de la alimentación en treinta y cinco individuos con sobrepeso u obesidad y comparó los resultados con treinta y cinco personas de peso saludable.
A los dos grupos se les pidió consumir una comida al día en un entorno controlado durante dos días. La comida era la misma para cada grupo, y el contenido de energía (calorías) así como el peso, fueron medidos antes de su consumo.
Para una comida, se les pidió a ambos grupos que comieran a un ritmo más lento. Durante esta comida, se les pidió que imaginaran que no había limitaciones de tiempo, que tomaran bocados pequeños, masticaran bien sus alimentos e hicieran una pausa dejando su cubertería entre bocado y bocado.
Para la otra comida, se les pidió a los dos grupos que comieran a un ritmo más rápido, imaginando que debían terminar su comida dentro de un determinado periodo de tiempo, tomar grandes mordidas, masticar rápidamente y no bajar su cubertería entre bocados.
Los resultados del estudio revelaron que ambos grupos sentían menos hambre una hora después de comer lentamente, en comparación con la ingesta que debía realizarse a un ritmo más acelerado. Esto indica que se puede esperar una mayor supresión de hambre cuando la comida se puede consumir más lentamente.
De manera adicional, las personas que comieron lentamente también consumieron más agua. Este consumo elevado puede haber causado una distensión del estómago en los participantes y por lo tanto, pudo haber afectado el nivel de consumo de alimentos.
Sin embargo, al analizar la ingesta de calorías de los participantes, los investigadores encontraron que sólo los sujetos de un peso saludable vieron una reducción en la ingesta de calorías después de consumir la comida lentamente. Aunque todavía serán necesarios más estudios, los hallazgos muestran que una desaceleración al comer, puede ayudar a disminuir la ingesta de energía y suprimir los niveles de hambre.
